Cuando el mal trabajador es trato igual que el bueno

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Cómo tratar a los empleados con respeto

Es probable que en algún momento hayas trabajado en un entorno en el que sentiste que no te trataban de forma justa, ya sea porque te pasaron por alto para un ascenso sin explicación, porque ignoraron tu aportación o porque no te sentiste valorado.

La falta de equidad en el lugar de trabajo tiene consecuencias que van más allá del bienestar emocional de los empleados. Los estudios demuestran que cuando los empleados se sienten tratados injustamente, son menos productivos, más propensos a tener un comportamiento engañoso y menos propensos a permanecer en la empresa a largo plazo.

Dado que los beneficios de un lugar de trabajo justo son ampliamente conocidos, ¿por qué persiste el trato injusto a los empleados? ¿Quería tu jefe que te sintieras tan injustamente tratado? ¿Era un “mal” directivo o incluso una mala persona?

Cuando los directivos adoptan estas “conductas de justicia”, es más probable que los empleados los evalúen como justos. Sin embargo, estas tareas exigen mucho tiempo y recursos, tiempo y recursos que a menudo escasean para los directivos con una gran carga de trabajo.

Las investigaciones anteriores sobre la justicia que intentaban explicar por qué los directivos no adoptaban comportamientos justos se centraban en los atributos individuales de los directivos, como los rasgos de personalidad o la importancia percibida de la justicia o la moralidad.

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¿Qué hace a un buen empleado frente a un mal empleado?

Un buen empleado asume un papel de liderazgo en el trabajo, aunque no sea supervisor o gerente. Mientras que un mal empleado puede contentarse con hacer su trabajo. Un buen empleado tenderá la mano a los demás y les ayudará a realizar sus tareas.

¿Cómo sabes si eres un mal trabajador?

Olvidar los plazos importantes, llegar tarde a las reuniones o arrastrarse al trabajo a horas aleatorias: la impuntualidad habitual crea una mala impresión. Implica que no respetas el tiempo de los demás. No te apoyes en excusas para justificar tu incompetencia. Asume la responsabilidad y trabaja en tus errores.

¿Cómo lidiar con un empleado brillante pero tóxico?

Tome medidas proactivas. Muévase rápidamente para crear oportunidades de observar al individuo en acción. Ofrezca oportunamente retroalimentación positiva y crítica y, lo que es más importante, trabaje con el individuo para definir mejoras de comportamiento específicas y en tiempo real. Ofrezca una retroalimentación positiva sobre las mejoras cuando se las gane.

Tratar a los empleados de forma justa pero no igualitaria

Estas conclusiones tienen implicaciones para la estrategia de gestión del talento de su empresa y para sus resultados. Las personas que viven su propósito en el trabajo son más productivas que las que no lo hacen. También son más sanas, más resistentes y más propensas a permanecer

en la empresa. Además, cuando los empleados sienten que su propósito está alineado con el de la organización, los beneficios se amplían para incluir un mayor compromiso de los empleados, una mayor lealtad y una mayor disposición a recomendar la empresa a otros.

Sin embargo, si usted es como la mayoría de los altos ejecutivos, no ha pensado mucho en el propósito individual de sus empleados. El tema es intensamente personal, potencialmente inaccesible para los empresarios, y aparentemente tan incómodo de discutir como de fomentar activamente.

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A pesar de estos desafíos, nuestra investigación encontró que el 70 por ciento de los empleados dijo que su sentido de propósito está definido por su trabajo. Así que, le guste o no, como líder de la empresa, usted desempeña un papel importante a la hora de ayudar a sus empleados a encontrar su propósito y a vivirlo. Y tiene mucho trabajo por delante: nuestra encuesta también encontró disparidades en la forma en que los empleados de primera línea y otros grupos se sienten apoyados -o frustrados- a la hora de vivir su propósito en el trabajo.

Cómo deben tratar los líderes a los empleados

La Gran Dimisión es una descripción bastante precisa de lo que está ocurriendo, al menos en ciertos lugares y dentro de ciertos grupos de empleados. Pero sigue describiendo el síntoma, no la causa. Y lo que es más importante, se centra -al igual que términos como “reestructuración”- en el impacto que sienten los empresarios.

Posiblemente no, pero yo diría que ignorarlo es, como mínimo, una miopía. Los planes estratégicos de toda organización contienen objetivos que no pueden alcanzarse sin las personas. Se puede capear la era de la pandemia y esperar que los empleados sigan ahí, pero no conozco a muchos líderes empresariales de éxito que observen las grandes tendencias desde la barrera.

También puede apostar por que los empleados simplemente “lo superen”. Pero la pandemia ha estirado tanto este trozo de elástico que no puede volver a romperse. Además, la gente no quiere volver atrás. Muchos están desarrollando un nuevo sentido de la autoconciencia y la valía, y no olvidarán fácilmente si se han sentido infravalorados, especialmente en un entorno con menos visibilidad física, como ocurre con el trabajo más remoto, y donde puede parecer mucho más difícil ser visto.

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Por qué es importante tratar a los empleados de forma justa

Puede averiguar si sus empleados se comprometen activamente con su trabajo o si simplemente dedican su tiempo. Puede descubrir si sus actividades de creación de equipos y sus prácticas de recursos humanos influyen en los resultados positivos de la empresa o si hay margen de crecimiento.

Preguntarse “¿Por qué es importante el compromiso de los empleados?” es una cuestión vital que los líderes deben tener en cuenta. Porque sin el compromiso de los empleados, no hay compromiso del equipo, lo que hace más difícil mejorar los resultados empresariales.

Los directivos son los encargados de garantizar que los empleados sepan qué trabajo hay que hacer, de apoyarlos y defenderlos cuando sea necesario, y de explicarles cómo su trabajo está relacionado con el éxito de la organización.

Por desgracia, la mayoría de los directivos no saben cómo hacer que las conversaciones frecuentes tengan sentido, por lo que es más probable que sus acciones se interpreten como una microgestión sin proporcionar las herramientas y la dirección adecuadas.

Estos líderes experimentan sistemáticamente un bajo nivel de compromiso, o se estancan y acaban disminuyendo, a pesar de los repetidos intentos de aumentar las puntuaciones. Otras veces, tienen cifras de compromiso elevadas, pero los resultados de su negocio cuentan una historia diferente.

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