Que herencia nos ha dejado la revolucion francesa
Línea de tiempo de la Revolución Francesa
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Desde el principio, estaba decidida a integrar la historia de la participación de las mujeres en la revolución a lo largo de la narración, y a mostrar cómo la revolución las afectó. También quería que los lectores conocieran el impacto de la revolución en las colonias francesas de ultramar, y cómo la revolución condujo a una lucha sobre la esclavitud en las colonias francesas de ultramar que desembocó en su abolición en 1794 y luego en la guerra de independencia de Haití. El tema del populismo cobró mucha importancia durante los años en que trabajé en el libro. Era un aspecto de la revolución que se había descuidado durante mucho tiempo, pero decidí que merecía volver a tratarlo.
Las revoluciones estadounidense y francesa comenzaron con ideales muy similares -sobre todo, los ideales de libertad e igualdad-, pero tuvieron lugar en circunstancias muy diferentes. Los estadounidenses ya estaban acostumbrados a un alto grado de autogobierno. Vivían en una sociedad sin los extremos de riqueza y pobreza que caracterizaban a la Francia prerrevolucionaria, aunque la esclavitud era una presencia mucho más cotidiana en la vida americana que en Europa. La cuestión de la libertad religiosa era muy diferente en América, donde no había una iglesia estatal dominante, que en Francia, donde la Iglesia católica era tan poderosa. Una vez derrotados los británicos, Estados Unidos no se enfrentaba al tipo de amenazas inmediatas de las potencias extranjeras que impulsaron a los revolucionarios franceses a crear un gobierno central fuerte. Las ideas de libertad e igualdad eran mucho más controvertidas en Francia que en América.
El legado de la revolución francesa
Herencia del Siglo de las Luces, el lema “Liberté, Egalité, Fraternité” apareció por primera vez durante la Revolución Francesa. Aunque a menudo fue cuestionado, finalmente se impuso bajo la Tercera República. Se incluyó en la Constitución de 1958 y hoy forma parte del patrimonio nacional francés.
En la época de la Revolución Francesa, “Libertad, Igualdad, Fraternidad” era uno de los muchos lemas en uso. En un discurso pronunciado en diciembre de 1790 sobre la organización de la Guardia Nacional, Maximilien Robespierre propuso que las palabras “El pueblo francés” y “Libertad, Igualdad, Fraternidad” se escribieran en los uniformes y las banderas, pero su propuesta fue rechazada.
A partir de 1793, los parisinos, que pronto fueron imitados por los habitantes de otras ciudades, pintaron las siguientes palabras en las fachadas de sus casas: “Unidad, indivisibilidad de la República; libertad, igualdad o muerte”. Pero pronto se les pidió que borraran la parte final de la frase, ya que se asociaba demasiado con el Reino del Terror.
Este lema cayó en desuso bajo el Imperio, como muchos símbolos revolucionarios. Reapareció durante la Revolución de 1848 marcada con una dimensión religiosa: los sacerdotes celebraron la “Christ-Fraternité” y bendijeron los árboles de la libertad que se plantaron en ese momento. Cuando se redactó la Constitución de 1848, el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad” se definió como “principio” de la República.
Impacto de la Revolución Francesa en Europa
La Revolución FrancesaParte de las revoluciones atlánticasLa toma de la Bastilla, 14 de julio de 1789Fecha5 de mayo de 1789 – 9 de noviembre de 1799 (1789-05-05 – 1799-11-09)(10 años, 6 meses y 4 días)LugarReino de FranciaResultado
La Revolución Francesa (en francés: Révolution française [ʁevɔlysjɔ̃ fʁɑ̃sɛːz]) fue un periodo de cambios políticos y sociales radicales en Francia que comenzó con los Estados Generales de 1789 y terminó con la formación del Consulado francés en noviembre de 1799. Muchas de sus ideas se consideran principios fundamentales de la democracia liberal,[1] mientras que frases como liberté, égalité, fraternité reaparecieron en otras revueltas, como la Revolución Rusa de 1917,[2] e inspiraron campañas para la abolición de la esclavitud y el sufragio universal[3] Los valores e instituciones que creó dominan la política francesa hasta hoy[4].
Las causas de la revolución se atribuyen a una combinación de factores sociales, políticos y económicos que el Antiguo Régimen no supo gestionar. En mayo de 1789, el malestar social generalizado llevó a la convocatoria de los Estados Generales, que se convirtieron en Asamblea Nacional en junio. Los continuos disturbios culminaron con el asalto a la Bastilla el 14 de julio, que dio lugar a una serie de medidas radicales por parte de la Asamblea, como la abolición del feudalismo, la imposición del control estatal sobre la Iglesia católica en Francia y la ampliación del derecho de voto.
¿Cuándo terminó la revolución francesa?
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Proclamó la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la igualdad de las lenguas, la libertad de pensamiento y de fe; creó una ciudadanía suiza, base de nuestra nacionalidad moderna, y la separación de poderes, de la que el antiguo régimen no tenía ninguna concepción; suprimió los aranceles internos y otras restricciones económicas; unificó los pesos y medidas, reformó el derecho civil y penal, autorizó los matrimonios mixtos (entre católicos y protestantes), suprimió la tortura y mejoró la justicia; desarrolló la educación y las obras públicas[7].
Los cambios en Francia fueron enormes; algunos fueron ampliamente aceptados y otros fueron discutidos amargamente hasta finales del siglo XX[8]. Los reyes habían centralizado tanto el sistema que la mayoría de los nobles pasaban su tiempo en Versalles, y sólo desempeñaban un pequeño papel directo en sus distritos de origen. Thompson dice que los reyes tenían: