Como manejar un divorcio con hijos pequeños
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El divorcio puede ser un momento difícil para una familia. No sólo los padres se dan cuenta de nuevas formas de relacionarse entre sí, sino que aprenden nuevas formas de criar a sus hijos. Cuando los padres se divorcian, los efectos del divorcio en los hijos pueden variar. Algunos niños reaccionan al divorcio de forma natural y comprensiva, mientras que otros niños pueden tener dificultades con la transición.
El divorcio es difícil para todos los miembros de la familia. Para los niños, tratar de entender la dinámica cambiante de la familia puede dejarlos distraídos y confundidos. Esta interrupción en su concentración diaria puede significar que uno de los efectos del divorcio en los niños se vea en su rendimiento académico. Cuanto más distraídos estén los niños, más probable será que no sean capaces de concentrarse en su trabajo escolar.
La investigación ha sugerido que el divorcio puede afectar a los niños socialmente, también. Los niños cuya familia está pasando por un divorcio pueden tener más dificultades para relacionarse con los demás y tienden a tener menos contactos sociales. A veces los niños se sienten inseguros y se preguntan si su familia es la única que se ha divorciado.
¿A qué edad afecta más el divorcio a un niño?
Edad de la escuela primaria (6-12) Esta es posiblemente la edad más difícil para que los niños afronten la separación o el divorcio de sus padres. Esto se debe a que son lo suficientemente mayores como para recordar los buenos momentos (o los buenos sentimientos) de cuando eran una familia unida.
¿Cuál es la forma habitual en que los padres pueden tratar a sus hijos tras una ruptura?
Ayudar a su hijo a lidiar con sus sentimientos
Entre las sugerencias para ayudar a su hijo a enfrentarse a la situación se encuentran las siguientes Anime a su hijo a hablar de sus sentimientos abiertamente y tan a menudo como quiera. Dígale que está bien tener una serie de sentimientos diferentes y sugiérale formas adecuadas de expresarlos.
¿Es mejor permanecer juntos por un hijo?
¿Siempre es mejor permanecer juntos por los niños? La respuesta a corto plazo suele ser afirmativa. Los niños prosperan en familias predecibles y seguras con dos padres que les quieren y se quieren. La separación es inquietante, estresante y desestabilizadora, a menos que haya abuso o conflicto entre los padres.
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¿Cuál es la mejor manera de ayudar a su familia a superar un divorcio? Cada situación -y cada familia- es diferente. Pero estas sugerencias pueden hacer que el proceso sea menos doloroso para los niños, los adolescentes y las familias.
Es importante que los padres divorciados -y los ya divorciados- se sienten con sus hijos y les animen a decir lo que piensan y sienten. Pero mantén esto separado de tus propios sentimientos. Asegure a sus hijos que sus sentimientos son importantes, válidos y normales. Hágales saber que usted puede manejar una conversación incluso sobre sentimientos difíciles o dolorosos.
Durante estas conversaciones, evite resolver los problemas y tratar de cambiar los sentimientos del niño. En su lugar, concéntrese en escuchar y agradecer a los niños su sinceridad. En la mayoría de los casos, los niños sienten la pérdida de la familia y pueden culparle a usted o al otro progenitor -o a ambos- de lo que ocurre en sus vidas. Por lo tanto, tendrá que estar preparado para responder a las preguntas que sus hijos puedan plantear o para abordar sus preocupaciones.
Haz que hablar del divorcio y de cómo afecta a tus hijos sea un proceso continuo. A medida que crecen y maduran, los niños pueden tener preguntas o preocupaciones en las que no habían pensado antes. Aunque parezca que ya habéis tratado los mismos temas, mantén el diálogo abierto. Si es posible, siéntate con el otro progenitor y planifica cómo vais a hablar de lo que ocurre.
Cuando mis padres s
Cada año, millones de niños de todo el mundo se enfrentan a la ruptura familiar, y en muchos países, las tasas de divorcio están aumentando.1 Los niños experimentan el divorcio de forma profunda y personal, y el potencial de consecuencias negativas a corto y largo plazo es considerablemente mayor para los niños cuyos padres se divorcian que para los de familias no divorciadas. Si bien el divorcio de los padres plantea riesgos significativos para los niños que justifican la preocupación, la investigación muestra que estos resultados no son iguales para todos los niños, ni son inevitables. Hay muchos factores que pueden reducir los riesgos y promover la resiliencia de los niños.2,3
Los tres factores más importantes que influyen en el bienestar de los niños durante y después de la separación o el divorcio de sus padres están potencialmente bajo el control de los padres: el grado y la duración del conflicto hostil, la calidad de la crianza proporcionada a lo largo del tiempo y la calidad de la relación padre-hijo. En la base de todo esto, por supuesto, está el propio bienestar de los padres y su capacidad para funcionar eficazmente. Si aprenden a gestionar sus conflictos, a criar a sus hijos de forma eficaz y a cultivar una relación cálida y afectuosa con ellos, los padres pueden tener un efecto poderoso y positivo en sus hijos, incluso cuando experimentan múltiples cambios difíciles en sus propias vidas.
Cómo facilitar el divorcio a los niños
La mayoría de los niños sufren durante un breve periodo de tiempo tras el fin de un matrimonio, pero lo que agrava y prolonga su estrés y ansiedad es cuando se sienten divididos entre dos padres, dice la investigadora en comunicación Tamara Afifi.
Los padres no siempre saben lo que piensan sus hijos porque, como este chico, se guardan sus sentimientos para sí mismos. Como resultado, van creyendo que todo está bien con su hijo cuando no es así. Los niños pueden reprimir sus emociones por varias razones: no quieren que sus padres se enfaden, no saben cómo expresarse o simplemente están demasiado absortos en su dolor. Después de hablar con ese chico, pensé: “Tengo que hacer algo diferente para mostrar a los padres cómo sus peleas están afectando al cuerpo de sus hijos”.
Como el divorcio es tan frecuente, mucha gente piensa que no afecta tanto a los niños. Hemos llegado a ver el divorcio como una parte normal de la vida, y eso es cierto: entre el 40 y el 50 por ciento de los matrimonios acaban en divorcio en Estados Unidos, por ejemplo. Pero el hecho de que el divorcio se produzca con frecuencia no significa que un niño no se sienta ansioso, triste o enfadado. Tenemos que reconocer que el divorcio es estresante para los niños.