En la actualidad es muy normal ver que se esquiva la decisión de optar por seleccionar las capitulaciones que se llevarán a cado en el régimen económico del matrimonio por dos motivos bastante particulares:
*El costo que implica contratar un abogado para que se haga cargo de esto.
*El miedo a que la otra persona se pueda tomar a mal la decisión tomada.
Pero es muy importante no esquivar esta decisión ya que ayuda a que en el futuro la pareja o quizás ex-pareja se evite problemas de aspecto económico. Cuando se contrae matrimonio y se acuerda el régimen económico a seguir, los ingresos que entren al matrimonio pasarán a ser parte común de lo que ya es una sociedad. De esta manera, cada cónyuge obtiene las ganancias y pérdidas que el otro contrae de manera inconsciente pero totalmente directa.
Los problemas que suelen generarse debido a este tipo de situaciones son dos:
*Fin del matrimonio: si la pareja decide separase, los bienes pasarán a pertenecer en igual cantidad a cada uno de ellos, por más que solamente uno de ellos sea el encargado de generar todos esos ingresos.
*Pérdidas en el trabajo: si uno de los dos sufre pérdidas y debe acudir a la entrega de bienes para saldar su deuda, se verá todo como la pertenencia de ambos aunque no haya sido esa persona quien aportó.
Por eso, es muy importante establecer el régimen económico ya que evita problemas económicos en un futuro ante situaciones no favorables para la pareja. Lo ideal es que no suceda ninguna de las dos situaciones, pero lo mejor es estar preparados ante cada caso posible.